Una mano descarada de Thierry Henry metía a Francia en el Mundial de 2010. Los galos se imponían con un gol, a todas luces ilegal, ante una Irlanda que quedó dolida. Ahora, siete años después, vuelven a verse las caras y una de las dos selecciones quedará apeada del torneo.
Era noviembre del 2009 y Francia e Irlanda se estaban dejando la vida en un duelo a cara de perro por la última plaza que daba acceso al Mundial de Sudáfrica.
Los galos se habían impuesto en territorio irlandés y los verdes, tras una de las mejores actuaciones de su historia futbolística, habían logrado forzar la prórroga en la vuelta.
La conexión Duff-Keane estaba dando dolores de cabeza a los locales y solo un buen Hugo Lloris permitió que el partido se fuera al alargue. Entonces, todo se ensució. Un balón que se perdía por línea de fondo tras una falta botada desde el centro del campo… pero apareció Henry.
O su mano, mejor dicho. Casi en un gesto involuntario, el capitán francés primero controló y luego se acomodó el balón con la palma de su mano. Dos veces. Dos toques para acabar asistiendo (esta sí con el pie, ya habría sido demasiado un nuevo toque con los dedos) a Gallas, que apagó los sueños de unos chicos de verde (entonces de blanco por exigencias del guión) que corrían desesperados e incrédulos protestando agitadamente porque les acababan de echar con una jugada que no valdría ni siquiera en voleibol.
“Se lo dije al árbitro, pero se escudó en que la decisión ya estaba tomada”, admitió Henry, caballero, elegante fuera y dentro del campo. Eso sí, el gol lo celebró. Luego, llegó el motín de Sudáfrica, los problemas raciales y aquel ridículo de una Francia que mejor imagen habría dado si le hubieran anulado aquel tanto. Irlanda montó en cólera y la FIFA, que no quería más problemas (sonó muy fuerte la posibilidad de repetir el partido, cosa que el organismo no estaba dispuesto a permitir), recompensó a la Federación Irlandesa con 5 millones de euros. La (des)ilusión de la afición, eso sí, no tuvo indemnización. Ellos no vieron ni un duro y sus corazones siguen rotos.
Se vuelven a ver las caras siete años después, en unos Octavos de Final y es imposible no analizar el partido desde el polémico precedente, por mucho que Martin O’Neill trate de quitar hierro al asunto. “Se habla más de la mano de Henry en Francia que en Irlanda”, señaló el seleccionador poco después de conocer su rival en el primer cruce, que lo deja como agua pasada. No sé si pensarán igual los supervivientes irlandeses que aún siguen en la nómina, como los incombustibles Given, Keane, McGeady, O’Shea y Whelan, entre otros. Las ganas de revancha de los que sí estuvieron en la batalla de Saint-Dennis, que se repetirá el próximo domingo (14h UK) en el estadio de Lyon.
Difícil es llegar a conocer el nivel de adrenalina y ganas que tendrá la Green Army de llevar a cabo una ‘vendetta’ que llevan siete años gestando a fuego lento. El hecho, además, de que los de Deschamps sean los anfitriones, le da mucha más mística al asunto. Eliminar a la patrona en su torneo, en su casa, en la que es máxima favorita, podría dejar un cierto regusto histórico para un conjunto que pasa de Fase de Grupos por primera vez en toda su existencia en una Eurocopa.
Llegan muy confiados los chicos de Martin O’Neill después del éxtasis que supone clasificar para las rondas eliminatorias doblegando a Italia con un gol casi en el descuento en el ‘grupo de la muerte’.
La estadística no le sonríe, eso sí, pues 12 veces se han enfrentado, hasta la fecha, y solo han logrado la victoria en tres de ellas. El conjunto irlandés tiene, probablemente, la mejor camada de jugadores de su historia y es una lástima que Robbie Keane llegara al torneo ya mayor y con problemas físicos. Aunque el de LA Galaxy aún no ha dicho su última palabra en la cita. Hasta la fecha se ha contentado con los minutos de la basura, pero a buen seguro que a Evra, Sagna o Lloris, también presentes en 2009, se les viene a la cabeza el drama que el ’10’ irlandés les hizo pasar aquella noche invernal en la que Irlanda se dejó más que un pase al Mundial. Mucho más. Es tiempo de recomponer corazones.
🗓️ (24/06/2016)
BRITmanía Radio
